6.2.14

Creí que, a esta altura de los hechos, los ataques de ansiedad estarían solucionados. O, al menos, un poco más livianos, más llevaderos a falta de una palabra con algo más estilo. No sé si sea eso lo que más me preocupa, de todas formas. Después de cierto tiempo y tantas reproducciones, aparece la costumbre o una suerte de mecanismo por el cual aceptar sin terminar de hacerlo realmente, una receta incompleta para la tolerancia o la prolongación del tiempo hasta la siguiente instancia de relajación. La zona de descanso en la carrera. Creo que me vendrían bien un par de pastillas, al fin y al cabo, los atajos son hermosos y prefiero el mínimo ingenio antes que la perseverancia. Me resulta de lo más gracioso. A la gente como yo le impactan ese tipo de detalles. El hecho de que mi psiquiatra me parezca una buena persona por tener tantos ceniceros en su casa, a pesar de que no haya fumadores viviendo en ella. Pero, sobre todo, el hecho de que de esa pequeña demostración surja un análisis del que no puede inferirse nada realmente sustancial, es lo más atractivo de todo esto. Bien podría enterarme yo de que en su tiempo libre colecciona dedos pulgares de niños de 10 años, que seguiría sosteniendo todo el tema de los ceniceros como prueba infalible de su confianza con la bondad del mundo. Es que, una vez removidos los aprendizajes, las costumbres, las construcciones por más perfectas que sean, lo que quedan son esos detalles, los ceniceros, las lapiceras con flores enormes que no sirven para nada, los labiales rojos o morados con aromas frutales.
De todas maneras, volviendo a la cuestión de la ansiedad, el problema radica en la falta de motivos. Podrían decirme - y sé que lo harán - que tengo motivos de sobra, con todo el tema del accidente y la detención arbitraria de los proyectos y la expresión concreta de tanto narcisismo pero, a alguien como yo, eso no le basta, no son esas cuestiones las más importantes. Creo que mi proceso de crecimiento y adaptación tuvo fallas y ahora sufro las consecuencias. Lo ideal sería sacar algo relativamente atractivo de todo eso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

copos de azúcar