4.8.12

Lo eterno. Un cable a tierra que si se corta se va todo al carajo, medio segundo duro viva. Viva como quien reconoce que está el sol sobre su cara y el piso bajo sus pies. De vez en cuando todo se da vuelta. Yo me doy vuelta. Dónde y cómo terminaré. Me gustan tanto las cosas que me hacen mal.
La flor marchita que intenta, en vano, sentir la frescura del viento sin  salir disparada por los aires y caer para ser pisada por un distraído que camina sin llegar a ninguna parte, como todos. Se le ve en las caras el miedo a ser. Irreales. Robots. Yo estoy tan viva que casi estoy muerta. Yo amo tanto la belleza del mundo que en un segundo llego a odiarla, con todas mis fuerzas, querer destruir el paisaje que me espera y el futuro como un abanico roto. La nostalgia por lo que nunca seré. Me extraño a mi misma cuando hablo con esa gente muerta, gente tan gente, gente siendo gente, haciendo-lo-que-hay-que-hacer. El problema es que siento tan inútil todo intento por cambiar la realidad que prefiero abstraerme de ella, ser una foto, ser un papel; me decepciona la comunicación, los discursos, las palabras vacías de quien no puede quedarse callado pero no tiene nada para decir, hablan por compulsión, por costumbre, por inercia. Cada día estoy más cerca de no hablar nunca más. Hace unos años tenía la fantasía de quedarme muda. Y el miedo a quedarme ciega. Mi único miedo ahora soy yo misma. Mi enemiga habita dentro de mí. Ir caminando derechito hacia el pozo que pretendo ignorar pero sé muy bien que está ahí, esperándome,  despacioso mi paso que se transforma en salto, en tropezón, en vuelo de alas rotas. Cada vez más ganas de estar despierta ante la realidad, observadora, sensible. Deseo los escapes, los extraño, los sufro, me torturan la cabeza, en cualquier momento salir corriendo, conseguir lo que consiga, abstraerme, otro mundo, mi mundo, mi mundo al que nadie puede entrar, mis laberintos, mis monstruos, mis ángeles salvadores. Todo mío, de nadie más que mío, para siempre mío. Mi cuerpo el mismo, mi cerebro apagado. Tanto potencial, nena, tanto potencial en vano si te gusta tanto ver la sangre que desprende tu cuerpo y desmayarte sin saber en dónde vas a despertar. Nena, que no sos vos sino yo, las dos yo, toda una mi enemiga, mi amiga, mi salvadora, mi futuro destruido en un instante, todo lo que quería ser a esta altura que no soy, que probablemente nunca sea, que se agotan las oportunidades, que se agotan mis ganas de inventar oportunidades, ya no deseo fantasías, ya no deseo no dormir, quiero poder dormir, por favor. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

copos de azúcar