17.5.12

No interesarme por ciertas cosas. Estoy perdida en las aulas. No pertenezco ahí. Necesito la brisa fresca del patio. Estoy ansiosa y molesta esta mañana. No estoy escribiendo y es una presión en el pecho que me sofoca. No quiero saber de exámenes. No quiero que me pongan a prueba y fallar, como lo estoy haciendo, tan radicalmente, tan por fuera de mí. Es algo que no puedo permitir: la vulnerabilidad. No soy débil, no puedo ser débil. Estoy plantada en un lugar, arraigada a un suelo que se pudre y con él me pudro yo; pero aún así sigo siendo fuerte, eso no va a cambiar, no puedo ser débil. Nadie va a quebrarme. Yo amo mucho. Con énfasis, con pasión. Mi amor explotará uno de estos días. Los pedazos de mi corazón que aún tiembla. Sexo. Piernas. Brazos. Manos. Toco. Necesito. Y el dolor... Tantos años reprimidos, olvidados, inútiles. Le tengo miedo a los recuerdos de esos años. Le tengo miedo a los hombres desnudos. Asco. Miedo. Pavor. Tiemblo. Salgan. Váyanse de mi vista y mis manos, mi piel, mis venas, mi sangre que no quieren ser penetradas por nadie. Miedo. Yo padezco y llamo a los gritos. Ser salvada sin permitirme ser vulnerable... Es todo tan complicado. Y sin embargo, es bello. Todo lo que veo y siento es belleza. El arte, el drama, los gritos, lo que callo, lo que explota. Soy bella. Sos hermosa.

La pureza del cuerpo que se abre ante mí como una delicada flor en primavera. Yo deseo. Yo anhelo. Y mis dedos que se mueven solos, por impulso enérgico de mi alma intangible, flotando en la espesura del aire viciado que también es bello porque es mío y porque danzamos dentro de él, la danza de los cuerpos desnudos que ya se conocen, de otras vidas, de otros sueños. Mi cuerpo conoce y desea saber más. Exploraciones de amor. Naturaleza. Todo lo que siento es natural, es flexible, es inmediato. Es efímero. O no. Cosas que jamás voy a poder afirmar. Mentiras que jamás voy a poder negar. Si me gritan las verdades yo me muero. Así, tan simple como es escribirlo, me muero. Asesino mi propio cuerpo. Y no voy a resurgir de mis cenizas.

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copos de azúcar