Lo que duele no es estar con vos; lo que duele es que no puedo estar con vos todo el tiempo. Esa seguridad, esa felicidad... es efímera, porque es dependiente. Y no quiero ser dependiente, pero no lo puedo evitar tampoco. No quiero que mi mundo sea dependiente de tu permanencia en él. Cuando estás, el mundo es un lugar fantástico, es un lugar hermoso e ilimitado. Cuando estás, el mundo no es más solamente EL mundo, sino que es NUESTRO pequeño mundo y nada más existe. Cuando estás, las cosas y las palabras tienen otro color, otro significado más profundo; todo lo que tocás se impregna de vos y se vuelve memorable para mí. Volvés eternos los segundos y a la vez no hay tiempo que alcanze para mí al lado tuyo: siempre voy a querer más. No puedo evitar ser melodrámatica en lo que respecta a vos, no puedo evitar ponerme sensible y ser lo opuesto a lo que me gustaría. Soy frágil. Soy un papel volando por el cielo sin rumbo alguno. Soy una boluda. Soy lo que quieras que sea. ¿Dónde estarás? ¿Para siempre lejos mío? ¿Cuál es la diferencia? Sufro con vos y sufro sin vos. Me torturo extrañándote o me torturo amándote y cortándote las alas para que no te vayas y estoy segura de que querés irte con cualquiera que no sea yo.