Tu cuerpo de mariposa blanca estrellado contra mis deseos de hoy. Si te busco y te encuentro, no hay motivos para no desesperar. Pero es la calma de tus palabras lo que me detiene al caer. Me contás un cuento eterno de frescura y jardines desiertos.
Te voy a buscar.
Voy a nacer al fin y en el silencio
o bajo mis gritos ahogados
o entre la niebla
o bajo el sol.
¿Qué importa? Es un día y son millones de segundos de reproductivo placer.
Tu cuerpo, el mío y la danza.
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