No quiero la nada pero no quiero el todo, las grietas, los grises. quiero principios constantes y un sueño recurrente. no quiero sufrir los finales. ni acelerar el paso. no tengo más sueño. tengo calma. tengo silencio, o por lo menos siento el silencio. no sé si soñarte me hace más fuerte o aún más indefensa. sé que hay instantes infinitos y eso fue lo que me regalaste. nada más. y tampoco hace falta nada más.
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