31.5.10

Un sahumerio y arranco.
Yo no sé que me va a pasar de ahora en más. No sé para donde va a arrancar mi vida, qué camino quiero tomar y si me arrepiento en la mitad, a quién voy a recurrir para que me salve una vez más. Ya no quiero cometer más errores. Ya no quiero llorar por dentro. Ya no quiero nada más de lo que me hizo ser la que soy ahora. Me sirvió, lo malo me sirvió. Lo bueno me hizo muy feliz. Pero quiero terminar con lo que está terminado hace rato para el resto.
Y qué me importa el resto... Ellos no ven hacia adentro. No escuchan los silencios. No entienden nada porque no saben nada y se que así está mucho mejor. Si supieran algo, lo cambiarían. Lo transformarían a su favor y probablemente me desfavorecería a mí y a mi estabilidad. ¿Qué estabilidad? No sé. No sé muchas de las cosas que estoy diciendo.
Lo que me sirve es la tranquilidad y toda la gente que transmite eso, aún rebelandose y gritando. Gente que dice con el silencio. Gente que calla con la palabra. Gente que une, desatando. Gente que construye, destruyendo mentiras. Y esa gente está escondida, pero está. Y no son gente, son almas puras. Almas libres de cadenas.
Y si hay algo que tengo que aprender, es que a la gran mayoría no les importa lo que nos pase. O quizás no lo entienden. O quizás sus problemas son 'más importantes'. No importa el motivo, siempre van a mirar su ombligo y seguir su camino. Cada vez son más los que se alejan y no dejo de culparme a mí misma. No dejo de pensar que quizás la equivocada soy yo. Pero busco en mi corazón y no hay rencores, no hay resentimiento, no hay mentiras ni arrepentimientos. Y miro los ojos de esa gente que aparentemente tiene la razón y no veo nada, escucho sus risas y no escucho nada. Y entonces vuelvo a sentirme feliz y rodeada de pocas almas libres de cadenas, que construyen destruyendo las mentiras del resto. Y entiendo que a veces menos es más.
Quiero abrir todo lo que está cerrado y llenarlo con cosas nuevas. Y quiero dejar de pensar en lo que los demás dicen de mis impulsos, de cómo me veo, de cómo actúo, de cómo miro, de cómo hablo, de cómo río y de cómo vivo. Lo que ven, no es generalmente lo que hay. Y lo que ven, no me importa . A partir de ayer

No hay comentarios:

Publicar un comentario

copos de azúcar