16.3.10

perfect day

Cosas que pasan. Uno siempre escribe sobre cosas que pasan, cosas que pasaron o cosas que se piensa que van a pasar, o que se sueñan, o que se temen. Hechos concretos, palabras, miradas, besos, historias ya marcadas con un principio, un nudo y un final. O situaciones hipotéticas, imaginarias, pero siempre buscándole algún sentido por miedo a caer en la locura. Yo ahora debería dar un tema y desarrollarlo, un pensamiento y justificarlo, una hipótesis para comprobar.. como si mis pensamientos fueran estudios científicos, como si escribir fuera solo para aclararle las ideas a alguien más, cuando a la única que le importa (aclara) es a mí. ¿Por qué la gente escribe para los demás? ¿Por qué hay autobiografías? ¿Por qué alguien querría compartir su verdad y dejarla en manos de cualquiera para que pueda modificarla como en un teléfono desconpuesto, sacar pedazos y ponerle nuevos sin conocer ni siquiera al dueño de esas palabras? Porque todos tenemos una historia y las historias están para ser contadas. Aquél que sabe escribir o que disfruta haciéndolo, lo transmite así, pero esa no es la única forma de "autobiografiarse". Una foto, un video, un chisme, una coreografía, una obra de teatro, un cortometraje. Todas formas de contar una verdad. Una verdad o una ficción, pero algo que transmita y que refleje un sentimiento o una ideología. ¿Y por qué eso debería tener algún sentido? La verdad es que no debería. Lo tiene por el solo hecho de existir, algo irreal también tiene sentido para algunos, porque significa algo y porque crea un cambio positivo o negativo dentro nuestro. El 'sentido' a las cosas que contamos se las damos nosotros, el que lo cuenta y el que lo interpreta y siente como propio. Por eso es tan importante contar historias y no quedarse solo con todo eso que vivimos, porque siempre hay alguien ahí afuera que puede entendernos. Y porque siempre hay alguien ahí afuera que necesita ser entendido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

copos de azúcar